0:00 - 0:35 Hablar de Yamaha es hablar de una de las compañías más grandes, diversas y fascinantes de Japón. Una marca que se ha convertido en sinónimo de calidad y que a lo largo de más de un siglo ha sabido estar presente en momentos clave de la historia de la música, la tecnología e incluso del deporte y la movilidad. Yamaha Corporation es hoy un gigante mundial capaz de producir desde pianos de cola que se encuentran en los escenarios más prestigiosos del planeta hasta motocicletas que corren en los circuitos de Moto GP. También fabrica guitarras que han usado
0:32 - 1:08 leyendas como Paul McCarney, Bob Marley o Carlos Santana. Sistemas de sonido que han marcado a generaciones de audiófilos, motores marinos que han conquistado océanos y hasta equipos industriales. Un catálogo tan amplio que puede parecer increíble que todo naciera de un taller improvisado en un pequeño pueblo japonés del siglo XIX. Y es que Yamaha no solo es una empresa, es la demostración viva de cómo la pasión, la creatividad y el esfuerzo individual pueden dar lugar a un imperio que hoy sigue marcando tendencias en múltiples industrias.
1:06 - 1:44 El hombre detrás de esta historia es Torakusu Yamaha, nacido en 1851 en Huacayama, en una familia humilde de origen campesino. Era el hijo menor de un astrónomo aficionado, lo que quizá despertó en él desde niño una curiosidad innata por el funcionamiento del mundo. Pero hay que situarse en el contexto. Japón en aquella época estaba muy lejos de ser la potencia tecnológica que conocemos hoy. durante siglos había permanecido prácticamente aislado del resto del planeta bajo un sistema feudal que apenas había evolucionado.
1:42 - 2:20 La ciencia y la técnica avanzaban a pasos agigantados en Occidente, pero en Japón todo era todavía agrícola, artesanal y con un acceso muy limitado a los avances extranjeros. Cuando Torakusu era un joven de apenas 20 años, el país empezaba a vivir la restauración Meiji, una transformación histórica en la que Japón abrió sus puertas al comercio, la industria y la modernización. Esa coyuntura fue clave. Torakusu se encontró justo en medio de un momento en el que la tradición convivía con las primeras pinceladas de modernidad y supo aprovecharlo como pocos.
2:18 - 2:56 Desde muy joven demostró una habilidad especial para los trabajos mecánicos. Primero se formó como relojero en Nagasaki, donde tuvo la oportunidad de aprender con un ingeniero británico, lo que le permitió conocer técnicas y herramientas europeas de primera mano. Más tarde, en Osaka, se interesó por la incipiente tecnología médica, aprendiendo a reparar aparatos que llegaban del extranjero. Ese camino, que a priori no tenía nada que ver con la música fue en realidad su mejor escuela. desarrolló una visión práctica, una paciencia quirúrgica y un talento para resolver problemas que le
2:54 - 3:31 acompañarían toda la vida. No era un músico, no era un ingeniero académico, pero era alguien que sabía enfrentarse a cualquier desafío técnico con ingenio y determinación. Y ese desafío llegó un día en Hamamatsu, la ciudad donde trabajaba como técnico en un pequeño hospital. La escuela local le pidió algo insólito, reparar un órgano de lengüeta estadounidense de la marca Mason y Hamlin. Para cualquiera habría sido una misión imposible, un instrumento complejo, lleno de piezas delicadas y con un funcionamiento que no tenía nada que ver
3:29 - 4:10 con los equipos médicos o relojes a los que Torakusu estaba acostumbrado. Pero él aceptó y tras días de trabajo, paciencia y experimentación logró devolverlo a la vida. Ese momento que podría haber pasado como un simple encargo fue en realidad el nacimiento de Yamaha. Porque más allá de reparar el órgano, lo que hizo Torakusu fue demostrar que Japón podía crear, mantener y dominar la tecnología musical moderna. De hecho, el simple hecho de atreverse a abrir y entender aquel instrumento extranjero fue un acto visionario. Años más tarde, él mismo reconocería que
4:08 - 4:45 no sabía leer música ni entendía teoría musical en aquel momento, pero eso no le impidió desarmar el aparato, estudiar su mecanismo y repararlo con éxito. Después de aquella primera reparación, Torakusu Yamaha entendió que no quería limitarse a arreglar instrumentos, quería construirlos. Para lograrlo se alió con dos personas clave. Una fue el propio director de la escuela que le había encargado aquel órgano, quien decidió apoyarlo financieramente. La otra fue un compañero suyo del hospital de Hamamatsu, que también tenía inquietudes técnicas.
4:43 - 5:20 Juntos decidieron lanzarse a lo que parecía una locura para un pequeño equipo sin experiencia formal en música, fabricar desde cero su propio órgano de lengüeta japonés. La tarea fue titánica. Japón no tenía todavía tradición de fabricar instrumentos occidentales de teclado y conseguir piezas o materiales de calidad era complicado. Aún así, con perseverancia, lograron construir un prototipo. Y aquí viene una de las anécdotas más increíbles de esta historia. Cuando terminaron aquel primer órgano, decidieron presentarlo al Instituto de Música de Tokio, que hoy
5:18 - 5:57 conocemos como la Universidad de las Artes de Tokio. Pero no había transporte sencillo para mover un aparato tan grande. Así que Torakusu y su socio cargaron el órgano a mano y caminaron con él durante 250 km, atravesando montañas, caminos de tierra y largas jornadas de esfuerzo físico hasta llegar a la capital. Esa imagen casi épica resume perfectamente el espíritu Yamaha. Esfuerzo, sacrificio y una fe absoluta en la propia visión. El esfuerzo, sin embargo, no fue recompensado de inmediato.
5:56 - 6:32 Cuando los profesores del instituto probaron aquel órgano, lo rechazaron. Estaba mal afinado y su construcción era aún muy rudimentaria. Fue un golpe duro, pero en vez de rendirse, Torakusu hizo lo que pocos habrían hecho. Se quedó en Tokio, asistió a clases de música, aprendió teoría musical y se propuso perfeccionar su diseño. Aquella negativa que podría haber significado el fin del sueño fue en realidad la semilla que lo impulsó a mejorar. Y apenas unos meses después ya había fabricado una versión corregida que sí
6:28 - 7:09 recibió la aprobación de los expertos. En 188 estableció su primer taller oficial dentro de un antiguo templo budista abandonado en Hamamatsu. Allí, entre columnas y vigas de madera, comenzaron a producirse de manera más organizada los primeros órganos Yamaha. Un año antes, Torakusu había registrado formalmente su empresa bajo el nombre de Nipongaki, que en japonés significa instrumentos musicales de Japón. Ese fue el verdadero punto de partida de lo que hoy conocemos como Yamaha Corporation. En muy poco tiempo, aquel pequeño taller artesanal se transformó en una fábrica
7:07 - 7:41 en crecimiento y los órganos fabricados por Yamaha empezaron a llegar no solo a las escuelas japonesas, sino también a países vecinos del sudeste asiático, donde rápidamente ganaron reconocimiento. Desde el principio, Torakusu entendió la importancia de la identidad de marca, algo que muchas compañías de la época pasaban por alto. Su primer logotipo fue un ave mitológica, a menudo descrita como un fénix que llevaba en el pico un diapasón, el símbolo universal de la afinación. Años más tarde, este emblema
7:39 - 8:19 evolucionaría hacia el que todos reconocemos hoy, los tres diapasones cruzados que simbolizan no solo la música, sino también la unión entre la tecnología, la producción y el arte. Esa imagen perdura hasta hoy como uno de los logotipos más icónicos del mundo. El crecimiento fue rápido y constante. Para el año 1900, apenas una década después de aquel primer taller improvisado, Nipon Gaki fabricó su primer piano vertical y solo dos años más tarde, en 1902, presentaron su primer piano de cola, un instrumento que marcó un antes y un después para la compañía.
8:17 - 8:55 Estos instrumentos demostraron que Yamaha no solo podía replicar lo que hacían los fabricantes europeos, sino también competir de igual a igual en calidad y sonoridad. La prueba definitiva llegó en 1904 cuando Yamaha presentó sus pianos en la Exposición Universal de San Luis, Estados Unidos, uno de los eventos más prestigiosos de la época. Allí sus instrumentos fueron reconocidos con galardones internacionales, poniendo a la empresa en el mapa mundial. Ese mismo año, Torakusu Yamaha recibió la medalla de honor con cinta verde del gobierno japonés, una distinción reservada para
8:53 - 9:33 quienes realizan aportes significativos a la industria y la cultura del país. Con apenas unos años de existencia, Yamaha ya era un símbolo nacional de innovación y orgullo. En 1916, Torakusu Yamaha falleció a los 65 años, dejando trás de sí una empresa que apenas había comenzado a desplegar todo su potencial. Su ausencia pudo haber significado un golpe fatal para la joven compañía, pero Nipong Gaki ya estaba lo suficientemente consolidada como para continuar su camino. Bajo el liderazgo de sus sucesores, la empresa diversificó su catálogo y comenzó a producir
9:30 - 10:09 instrumentos accesibles y muy populares, como las armónicas en 1914, que se convirtieron en un verdadero fenómeno en Japón durante la Primera Guerra Mundial, cuando las importaciones eran limitadas. A ella se sumaron los gramófonos en 1922, que acercaban la música grabada a miles de hogares japoneses por primera vez. Sin embargo, la historia de Yamaha en esos años no estuvo exenta de tragedias. Un devastador incendio en su fábrica, seguido por los efectos de un gran terremoto y una difícil situación económica en la posguerra, pusieron a la compañía contra las cuerdas.
10:06 - 10:43 Aún así, lograron sobrevivir, reinventándose y adaptándose a las nuevas circunstancias. Esa resiliencia se convirtió en una característica esencial de Yamaha que una y otra vez demostraría ser capaz de levantarse ante la adversidad. La Segunda Guerra Mundial marcó un nuevo capítulo en esta transformación. Como muchas empresas japonesas, Nipong Gaki fue obligada a colaborar con el esfuerzo bélico. Sus talleres dejaron temporalmente de producir pianos y órganos para fabricar hélices y piezas de aviones de combate. Aunque este giro industrial pudiera
10:41 - 11:21 parecer una desviación del camino musical, resultó ser decisivo para el futuro de la empresa. Esta experiencia en la fabricación de piezas de precisión con estándares altísimos de calidad y seguridad sería el punto de partida para que años más tarde Yamaha se atreviera a entrar en campos tan distintos como la ingeniería mecánica y la automoción. Ese paso llegó en la década de 1950 cuando un joven líder, Genichichi Kawakami asumió la presidencia de la compañía. Kawakami heredó no solo la empresa, sino también la visión de Torakusu. Nunca conformarse y siempre ir un paso
11:17 - 11:52 más allá. Tras la guerra, comprendió que el mercado ya no necesitaba hélices ni piezas militares, pero que la experiencia industrial de Yamaha podía aprovecharse en nuevas direcciones. Fue entonces cuando tomó una decisión que cambiaría para siempre la historia de la marca. Diversificar en dos caminos paralelos. Por un lado, seguir fortaleciendo la tradición musical con instrumentos y equipos de audio cada vez más innovadores. Por otro, aplicar el conocimiento adquirido en metalurgia y precisión mecánica para fabricar vehículos de
11:50 - 12:31 motor. Así, en 1955 nació oficialmente Yamaha Motor Company, una división independiente, pero íntimamente ligada al espíritu innovador de la casa matriz. Su primer modelo fue la Y1, una motocicleta ligera de 125 cm c inspirada en un diseño alemán pintada en un llamativo color rojo burdeos. Tan elegante como ágil fue apodada cariñosamente la libélula roja. Y lo más sorprendente es que no solo fue un éxito en ventas, sino que debutó con victoria en carreras de motociclismo en Japón.
12:29 - 13:04 Retomando la división musical, la compañía entendió algo clave muy pronto. No bastaba con fabricar instrumentos, había que formar músicos que quisieran usarlos. Así nacieron las escuelas Yamaha de Música, que no solo enseñaban a niños y adultos a tocar el piano, el órgano o la guitarra, sino que también difundían una manera particular de entender la música accesible, moderna y adaptada a cada nivel. Esta estrategia fue brillante porque cada alumno se convertía en un cliente potencial y al mismo tiempo en un embajador de la marca.
13:02 - 13:38 Hoy esas escuelas se han extendido por decenas de países, pero en aquel entonces ya eran una auténtica revolución educativa en Japón. En paralelo, Yamaha comenzó a explorar un terreno que en pocos años iba a cambiar la forma en que las familias disfrutaban de la música en casa, la alta fidelidad. A finales de los años 50 presentó su primer tocadiscos con amplificador integrado, un producto sencillo pero simbólico porque representaba el inicio de una nueva línea de negocio. Era el momento en que la música pasaba del directo o la radio al vinilo y supo
13:35 - 14:12 subirse a esa ola. En 1958 dieron un paso aún más ambicioso con la creación del altavoz JA5002, un enorme woofer que marcó el punto de partida de lo que más tarde se convertiría en la legendaria serie NS Natural Sound, llamada a marcar una época. En 1959, Yamaha creó su propio laboratorio técnico, un espacio pensado para investigar nuevas tecnologías acústicas. Y de allí salió una innovación decisiva, el electrón D1, su primer órgano electrónico, que abrió un nuevo mercado
14:11 - 14:49 y se convirtió en la semilla de toda la familia de órganos electrone, muy populares en Japón y que durante décadas serían un pilar de la marca. Los años 60 y 70 fueron una etapa de auténtica explosión para Yamaha. La compañía entendió que si quería jugar en la misma liga que los grandes fabricantes occidentales, debía expandirse más allá de Japón. Abrió filiales en Estados Unidos y Europa y al mismo tiempo consolidó su liderazgo en la fabricación de pianos, llegando a producir más de 100,000 unidades al año en 1966, un récord absoluto que la posicionó como
14:47 - 15:24 referente mundial. Pero Yamaha no se quedó solo en la música. También comenzó a fabricar barcos, esquís yates. E incluso creó resorts vacacionales donde los visitantes podían utilizar y comprar estos productos, una estrategia ingeniosa para impulsar sus ventas en el sector deportivo. Mientras tanto, su catálogo musical se enriquecía con guitarras, baterías e instrumentos de viento. instrumentos que pronto serían adoptados por figuras como John Lennon, Paul McCarney, Jimmy Page, Brian May, Carlos Santana, Bob Marley o Bruce Springstein, colocando a Yamaha en
15:22 - 15:58 el corazón de la música popular del siglo XX. En paralelo, Yamaha comenzó a brillar con fuerza en el terreno de la alta fidelidad. Durante los años 60 y 70 empezó a demostrar que también podía ser una de las grandes marcas en equipos de sonido para el hogar. Aquellos años fueron una auténtica explosión creativa. En 1967, por ejemplo, aparecieron los altavoces NS20 y NS30 con un diseño curioso y atrevido para la época. Colocaban los radiadores en lados opuestos, de forma que el sonido no
15:56 - 16:36 salía solo hacia adelante, sino que se expandía mejor por toda la habitación. Era un enfoque distinto para que la música llenara el espacio y envolviera al oyente. Años después, en 1972, llegó el NS600, que pronto evolucionó en versiones mejoradas como el NS670 y el NS690. Estos modelos lograron un equilibrio muy especial entre detalle y potencia. eran lo bastante precisos para sacar a relucir las sutilezas de una grabación, pero también lo bastante robustos como para llenar un salón con energía. No tardaron en ganarse fama entre los
16:33 - 17:15 aficionados más exigentes. Ese mismo año, Yamaha mostró al mundo la ambiciosa serie 700, que fue todo un despliegue tecnológico. Incluía los amplificadores CA700 y CA750, capaces de manejar sin esfuerzo cualquier tipo de música. El sintonizador CT700, que ofrecía una recepción clara y estable. El giradiscos IP500, sólido como una roca y pensado para reproducir vinilos con la máxima fidelidad y la plina de cassette TB700, que acercaba a los usuarios la posibilidad de grabar y coleccionar su
17:12 - 17:52 propia música en casa. Más allá del sonido, estos equipos destacaban también por su estética. Combinaban aluminio cepillado con paneles de madera que los hacían parecer muebles de lujo. En 1973, Yamaha presentó el CEA 1000, un amplificador que permitía elegir entre dos formas de escuchar música, una más cálida, detallada y natural, o una más potente y enérgica, simplemente con accionar un interruptor. Era como tener dos amplificadores en uno solo, algo nunca visto en aquel entonces. Este modelo junto a compañeros como el
17:48 - 18:32 previo C2, la etapa de potencia P2200, los auriculares HP1 o la plina TC800GL con un diseño futurista que parecía sacado de una película de ciencia ficción. Consolidó la imagen de Yamaha como una marca adelantada a su tiempo. Un año más tarde, en 1974, nació un verdadero mito, el altavoz NS1000M. fue el primero en utilizar cúpulas de berilio, un material extremadamente caro y difícil de trabajar, pero con una cualidad mágica. Transmitía el sonido con una transparencia brutal, mostrando cada detalle de la música como si se levantara un velo invisible.
18:30 - 19:12 Su nivel era tan alto que emisoras de radio y televisión de países como Suecia o Finlandia los adoptaron como monitores profesionales, confiando en ellos para trabajos de máxima precisión. La racha no se detuvo. En 1975, Yamaha lanzó el CT7000, un sintonizador que aún hoy es considerado uno de los mejores jamás construidos, y el giradiscos IP1000, que ofrecía una precisión tan milimétrica que muchos lo comparaban con relojería suiza. En 1977 llegó otro hito, el sintetizador CS80. Este monstruo musical enorme y carísimo
19:10 - 19:53 era capaz de expresar matices como pocos teclados en la historia. Fue elegido por Banguelis para componer la mítica banda sonora de Blade Runner y por muchos otros artistas que buscaban sonidos únicos. Ese mismo año también vieron la luz joyas técnicas como el amplificador Yamaha B1 que usaba transistores muy poco comunes, el giradiscos tangencial PX1, el amplificador A1 con acoplo directo y el poderoso CA2000. Durante esos años, Yamaha también continuó lanzando altavoces. Aparecieron modelos como los NS451 y, por supuesto, los ya legendarios
19:50 - 20:28 NS10M, que con su inconfundible cono blanco se convirtieron en los altavoces de estudio más utilizados del planeta y establecieron el estándar de referencia a nivel mundial. Y para cerrar la década con broche de oro, en 1979, Yamaha presentó el A9, un amplificador integrado que reunía toda la experiencia de la marca en alta fidelidad y representaba la cúspide tecnológica de la época. La década de los 80 fue un auténtico terremoto en el mundo de la música y se colocó en el epicentro con un instrumento que cambió la historia, el
20:25 - 21:04 sintetizador DX7. Presentado en 1983, este teclado no fue simplemente un éxito comercial, sino un verdadero fenómeno cultural. Hasta entonces, la mayoría de sintetizadores eran analógicos, con un sonido cálido, pero limitado en su capacidad de generar timbres complejos. Yamaha, en cambio, apostó por la síntesis FM, modulación de frecuencia, una tecnología desarrollada por el ingeniero John Choning en la Universidad de Stanford, que la compañía supo perfeccionar y poner al alcance de los músicos. El resultado fue un sonido
21:01 - 21:40 único, brillante y versátil que se convirtió en la banda sonora de los 80, desde los bajos metálicos de Aha, los pianos eléctricos de Whitney Houston, los paisajes sonoros de Brian Eno o las líneas de sintetizador en discos de Phil Collins, Tina Turner, Queen, Toto y prácticamente cualquier éxito de la época. El DX7 no solo vendió más de 200,000 unidades, algo inaudito en un sintetizador, sino que democratizó la música electrónica y la llevó a los escenarios y estudios de todo el planeta. Pero el DX7 fue solo la punta de lanza.
21:38 - 22:15 En esos mismos años, Yamaha lanzó la clavinova, el primer piano digital pensado para el hogar, que permitía a cualquier familia tener un instrumento contacto de piano acústico y toda la versatilidad de lo electrónico. Con estos productos, Yamaha marcó una revolución que todavía hoy define la industria. Pero Yamaha no se conformó con dominar el terreno de los teclados. En 1981 había presentado su primer reproductor de CD, el Yamaha CD1. adelantándose a muchos competidores y posicionándose como pionera en el formato que estaba destinado a sustituir
22:12 - 22:50 al vinilo y al cassete. Al mismo tiempo, su división de alta fidelidad seguía sorprendiendo con diseños como el amplificador B6 con forma piramidal que rompía todos los moldes estéticos de la época o los altavoces NS693 que destacaban por el uso de materiales derivados de la madera de piano para mejorar la resonancia. En 1983 llegó una de sus apuestas tecnológicas más ambiciosas, el sistema ZDR Zero Distortion Rule, aplicado en amplificadores como el A2000, que combinaban la pureza del sonido en clase
22:48 - 23:31 A con la potencia del modo AB, eliminando prácticamente cualquier rastro de distorsión. A finales de la década, Yamaha lanzó el CDX 2020, un reproductor de CD de referencia con múltiples conversores digitales, acompañado de nuevas pletinas de cassette que también tuvieron gran éxito entre audiófilos exigentes. La ambición de la compañía iba más allá de los productos. adquirió Sequential Circuits, responsable de sintetizadores legendarios como el Prophet 5, y se hizo con un 51% de Cork, su gran rival japonés en teclados electrónicos, reforzando su control en la industria.
23:28 - 24:09 Para rematar, en 1987, año de su centenario, Nipon Gaki, pasó a llamarse oficialmente Yamaha Corporation con una nueva imagen moderna y universal que mantenía como emblema eterno los tres diapasones cruzados. Ese mismo año inauguró los Yamaha Artist Services, centros culturales en ciudades clave del mundo que ofrecían apoyo y espacios de ensayo a jóvenes músicos talentosos. Una década de innovación, alianzas y audacia que consolidó a Yamaha como un verdadero gigante cultural y tecnológico. Los años 90 y 2000 confirmaron que Yamaha ya no era simplemente un
24:07 - 24:43 fabricante de instrumentos, sino un auténtico gigante global del entretenimiento, la tecnología y la educación musical. Uno de los grandes movimientos de esa época fue la expansión de la producción hacia China, Malasia e Indonesia, lo que permitió aumentar la capacidad de fabricación, abaratar costes y al mismo tiempo garantizar que sus instrumentos pudieran llegar a millones de estudiantes y músicos en todo el mundo sin perder la calidad característica de la marca. En esos años también presentó equipos de audio que marcaron época, como el
24:40 - 25:20 AX2000a, un amplificador que reunía toda la experiencia tecnológica de Yamaha en un diseño elegante y robusto, considerado por muchos como una especie de resumen de lo aprendido desde los 70. En 1991 sorprendió incluso a los más escépticos con el subwoofer ISD, que se exhibió nada menos que en el Museo de Arte Moderno de Nueva York por su diseño futurista y su uso innovador de la tecnología de procesamiento activo. A mediados de la década, Yamaha lanzó uno de sus productos más revolucionarios, los pianos Silent. Gracias a un sistema de sensores bajo cada tecla, el pianista podía tocar y
25:19 - 25:57 escuchar el sonido real a través de auriculares, sin que nadie más oyera nada. Esto permitía practicar a cualquier hora del día sin molestar a los vecinos o la familia, manteniendo la sensación auténtica de un piano acústico. El éxito fue tal que la compañía aplicó la tecnología a guitarras, violines, baterías e incluso instrumentos de viento, cambiando para siempre la forma de estudiar música en casa. En paralelo, la compañía reforzó su presencia en el mercado profesional del audio con productos que marcaron un antes y un después.
25:52 - 26:32 En 1995 lanzó la mesa digital 02R, que rápidamente se convirtió en un estándar mundial en estudios de grabación y televisiones. Su capacidad para integrar procesamiento digital, automatización y flexibilidad en un formato relativamente compacto la convirtió en una herramienta imprescindible para ingenieros de sonido de todo el planeta. Pero la apuesta de Yamaha por la innovación no se detuvo ahí. En la gama más exclusiva presentó sistemas como el GF1, un conjunto activo de altavoces que usaba twitters con tecnologías únicas o el GTCD1, un reproductor de CD de gama
26:30 - 27:10 altísima con un chasis de madera y metal que pesaba más de 20 kg, diseñado para ofrecer la máxima estabilidad y precisión. Y mientras tanto, en el terreno doméstico, Yamaha continuó ampliando su catálogo de HiFi y cine en casa con altavoces de alta gama y procesadores DSP capaces de simular la acústica de catedrales, auditorios o salas de cine con solo pulsar un botón. En 1998, además, recuperó oficialmente su clásico logotipo de tres diapasones en círculo, reforzando la idea de continuidad con su herencia musical. Aquel mismo año, la compañía presentó
27:08 - 27:46 una nueva generación de DSP multicanal que sentó las bases de lo que hoy conocemos como Home Cinema envolvente. Todo esto demostró que Yamaha sabía moverse con la misma soltura en mundos aparentemente distintos, desde los hogares más modestos hasta los estudios más prestigiosos, siempre con la misma filosofía de calidad, innovación y accesibilidad. En los últimos años, Yamaha ha reforzado su presencia en absolutamente todos los frentes, combinando tradición y vanguardia de una manera que pocas compañías pueden presumir. A principios de los 2000 sorprendió con
27:42 - 28:23 productos como los NS PF7, pequeños altavoces de escritorio con un curioso diseño cilíndrico y sobre todo con el DSPZ9, un receptor AV mastodóntico que integraba el sistema de calibración automática y PAO, pionero en analizar la acústica de cada sala y ajustar el sonido en consecuencia. Poco después, Yamaha consolidó su posición con movimientos estratégicos. En 2005 adquirió Steinberg, referente mundial en software musical y en 2006 se hizo con la histórica firma Bossendorfer, fabricante austríaco de pianos de lujo, considerados entre los
28:21 - 29:03 mejores del planeta. En paralelo, firmó una colaboración con la estadounidense Clips para reforzar su catálogo de altavoces. Pero Yamaha también seguía investigando terrenos más experimentales. En 2010 presentó la tecnología TLF Thinlight Flexible, altavoces ultrafinos de apenas 1,5 mm de grosor que parecían sacados de una película futurista. Un año más tarde, en 2011, lanzó los amplificadores de guitarra THR, que se convirtieron en un fenómeno entre músicos de todo el mundo, pequeños, portátiles, con un sonido sorprendente y un diseño retro que rompió esquemas. La
29:01 - 29:39 década de 2010 fue también la del refuerzo en el mundo corporativo y del audio profesional. En 2014, Yamaha adquirió Revolaps, especializada en sistemas inalámbricos para conferencias y videollamadas, y poco después sumó a su familia a Line Six, una de las marcas más queridas por guitarristas gracias a sus pedales, procesadores digitales y guitarras innovadoras. Estas adquisiciones confirmaban que Yamaha no solo miraba a los músicos, sino también al mundo empresarial y a los nuevos formatos digitales. En el terreno del HiFi, en 2019 cosechó
29:37 - 30:16 grandes éxitos con los amplificadores WXA50 y WXC50, ganadores de premios de diseño internacionales y con los altavoces NS5000, que recuperaban el espíritu del legendario NS1000M, pero con diafragmas de Thyon, una fibra sintética ultraresistente. A la vez su gama de amplificadores AS con modelos como AS100, AS1200 y el buque insignia AS3200 devolvía a los aficionados el encanto estético de los 70 con enormes búmetros y laterales de madera, pero con una
30:14 - 30:54 ingeniería actualizada y un sonido de altísima pureza. Hoy Yamaha Corporation es un gigante que emplea a más de 30,000 personas en todo el mundo y mantiene una diversidad única. Produce instrumentos musicales de todo tipo, sistemas de audio profesionales y domésticos, motocicletas, motores marinos e incluso equipamiento deportivo. En el terreno del consumo actual, su catálogo es tan amplio como innovador. En 2023 presentó los receptores RN1000A y RN800A con soporte para streaming de alta resolución y calibración IPAO y los
30:51 - 31:36 altavoces NS800A y NS600A que incorporan las últimas innovaciones de la serie NS. Ese mismo año también lanzó el HA L7A, un amplificador dedicado para los auriculares Insignia IH5000 SE y el Musicast 200. Un reproductor compacto con conectividad total pensado como un todo en uno moderno. Ya en 2024, Yamaha presentó su sistema True X, compuesto por barra de sonido, subwoofer y altavoces inalámbricos para crear un cine envolvente sin cables. Y en la cima de la gama sigue brillando el A3200, considerado uno de los mejores
31:34 - 32:14 amplificadores integrados del mundo por su arquitectura cuidada al detalle, sus materiales nobles y un diseño que rinde homenaje a medio siglo de historia. Pese a los cambios en la industria y los retos de cada época, Yamaha ha sabido mantener una identidad clara, combinar la más avanzada innovación tecnológica con un profundo respeto por la tradición musical. No es fácil para una compañía diversificada en tantos campos conservar una personalidad reconocible, pero Yamaha lo ha conseguido. Da igual si hablamos de un piano de cola Bossendorfer, de un sintetizador DX7, de
32:11 - 32:47 un altavoz NS10M, de una motocicleta deportiva o de un motor marino. Detrás de todos ellos late la misma filosofía, la de ofrecer herramientas fiables, inspiradoras y con un nivel de calidad que ha marcado estándares en cada sector. Esa coherencia ha hecho que Yamaha sea, más que una simple marca, un símbolo de calidad japonesa y de pasión por el sonido y el movimiento, fiel a la visión de Torakusu Yamaha más de 135 años después. Hoy la compañía no solo fabrica instrumentos y tecnología, fabrica experiencias.
32:46 - 33:22 Está en las aulas donde un niño da sus primeras notas en un teclado, en los escenarios donde una estrella del rock hace vibrar a miles de personas, en los estudios de grabación donde se define el sonido de una generación, en los hogares donde una familia disfruta de cine en casa y hasta en las carreteras y océanos donde la ingeniería se convierte en libertad. Yamaha es, en definitiva, un puente entre tradición y futuro, entre arte y ciencia, entre emoción y precisión. La historia de Yamaha es inspiradora. Desde aquel órgano reparado en un pequeño pueblo de Japón hasta los
33:20 - 33:43 complejos sistemas de audio y los vehículos de hoy, su trayectoria demuestra cómo una idea sencilla puede convertirse en un imperio que durante más de un siglo ha acompañado al mundo con música, tecnología y pasión.
Fuente: Tecnología Histórica